Es importante que como hijos de Dios estemos siempre en la disposición de examinar nuestras propias vidas y ser capaces de corregir aquellas cosas que afectan negativamente nuestra relación con Dios y con los demás.
Esto significa “hacer un alto y revisar”. Reflexionar a luz de la Palabra y de nuestro cristianismo sobre nuestro compromiso y nuestra entrega a la causa del evangelio y de la iglesia.
Reflexionar es ver hacia adentro. Y adentro esta la realidad de lo que somos. A quien amamos. En quien y a quien creemos en realidad. Cuales son mis prioridades. Si soy honesto o sincero. Si realmente soy cristiano. En el interior se encuentra la verdad de mi vida y de lo que soy. Y esto, lo de adentro, solo lo conocen dos personas, tú y Dios.
En el interior, es decir en mi corazón, esta la verdad de lo que realmente soy. Es donde soy verdaderamente una buena persona o no.
Jer 17:9 “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?”
De ahí la necesidad de revisar, examinar nuestra vida, de hacer un alto en el camino y ver como estamos haciendo las cosas.
Lam 3:40 “Escudriñemos nuestros caminos, y busquemos, y volvámonos a Jehová”
La Palabra de Dios nos dice que escudriñemos, que escrutemos nuestra vida. Que busquemos lo que esta mal y corrijamos, y de esta forma volvernos al Señor. Volvernos al sendero y camino de la Palabra.
Es correcto el camino que he tomado? Voy en el sentido correcto? En la dirección correcta?
Pro 4:26 “Examina la senda de tus pies, y todos tus caminos sean rectos.”
La Biblia llama “entendido“a aquel que examina su vida. A aquel que busca la sabiduría en el entender y reflexionar.
Sal 14:2 “Jehová miró desde los cielos sobre los hijos de los hombres, para ver si había algún entendido, que buscara a Dios.”
Pro 15:14 “El corazón entendido busca la sabiduría; Mas la boca de los necios se alimenta de necedades.”
Pro 15:21 “La necedad es alegría al falto de entendimiento; Mas el hombre entendido endereza sus pasos.”
La Biblia llama “necio” a aquel que no oye consejo. Al que rechaza la sabiduría que viene por medio de la Palabra y la reflexión.
Examinarme y reflexionar es reconocer mis errores y corregirlos.
Jer 3:13 “Reconoce, pues, tu maldad, porque contra Jehová tu Dios has prevaricado, y fornicaste con los extraños debajo de todo árbol frondoso, y no oíste mi voz, dice Jehová.”
Es necesario hacer un alto en el camino todos los días y escudriñar nuestros pasos, nuestro camino. No debemos de creer que estamos bien. El que cree que esta bien, debe de revisar mas que los demás.
Rom 12:3 “Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno.”
Fil 3:12 “No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. 3:13 Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, 3:14 prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.”
No nos engañemos, a Dios no podemos engañarlo. Para el Señor no hay nada oculto. El nos conoce, El ve mi corazón, El conoce mis intenciones.
Sal 139:2 “Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme; Has entendido desde lejos mis pensamientos.”
1Ch 28:9 “Y tú, Salomón, hijo mío, reconoce al Dios de tu padre, y sírvele con corazón perfecto y con ánimo voluntario; porque Jehová escudriña los corazones de todos, y entiende todo intento de los pensamientos. Si tú le buscares, lo hallarás; mas si lo dejares, él te desechará para siempre.”
Rom 8:27 “Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos.”
Ap 2:23 “Y a sus hijos heriré de muerte, y todas las iglesias sabrán que yo soy el que escudriña la mente y el corazón; y os daré a cada uno según vuestras obras.”
Al que nos conoce podemos pedirle que nos ayude, que nos escudriñe y nos revele su voluntad. Nuestro corazón no le es oculto. Mis intenciones las conoce.
Sal 26:2 “Escudríñame, oh Jehová, y pruébame; examina mis íntimos pensamientos y mi corazón.”
No nos acomodemos. El que se atiene, perece. Lo que dice el refrán popular es cierto: “Camarón que se duerme, se lo lleva la corriente”
Sof 1:12 “Acontecerá en aquel tiempo que yo escudriñaré a Jerusalén con linterna, y castigaré a los hombres que reposan tranquilos como el vino asentado, los cuales dicen en su corazón: Jehová ni hará bien ni hará mal.”