He aprendido que la oración es un instrumento poderoso. Y
durante muchos años he entendido que no podemos hacer nada, ni conseguir nada
sin la ayuda de Dios.
Es por eso que los cristianos tenemos que acudir siempre
al trono de la gracia de Dios a buscar TODO lo que necesitamos en la vida sea
material o espiritual. De Dios vienen todas las cosas y el las da en abundancia
para que sus hijos las disfrutemos.
Por eso yo defino la oración de la siguiente forma:
ORAR es acudir a Dios PIDIENDO AYUDA. Si, definitivamente
que lo es. Dígame usted, a quien más podemos acudir cuando estamos en
necesidad, tribulación, escases?.
“(Jn 16:24 [RV60]) Hasta ahora nada habéis pedido en mi
nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido.”
Nuestro Dios tiene
las respuestas y la provisión para sus hijos que fielmente le sirven y le aman
en su iglesia. Y nuestro encuentro con Dios, la conversación que sostenemos con
Él cuando oramos tiene que ser sencilla y precisa. Evitemos la elocuencia
innecesaria, Dios no necesita mi léxico rebuscado ni mis habilidades de orador
para escucharme.
“(Mt 6:7 [RV60])
Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles,
que piensan que por su palabrería serán oídos.”
Dios solo quiere un corazón sencillo y fiel que le hable
con honestidad, reconociendo que sin El nada somos.
ORAR es acudir a Dios PIDIENDO CON PRECISIÓN LO QUE
NECESITAMOS. Si, definitivamente que lo es también. No nos la llevemos de
“humildes” diciéndole a Dios algo así como esto: “Dios, si tu quieres, dame
esto que te pido, aunque sea un poquito o lo que sea tu voluntad. Bueno tal vez
no todo, o a lo mejor no. Mejor olvídalo Señor”. Este tipo de oración ambigua
dista mucho de las oraciones que leemos en la Biblia y no muestran ni FE ni
DESEO de recibir nada. Haga sus oraciones precisas y concretas y pídale a Dios
por todo lo que necesita con nombre y apellido. Preséntele a Dios su
presupuesto, sus cuentas por pagar, sus hijos, es decir todo detallado. El
conoce su necesidad, no pida lo que no es necesario o aquello que es solo y
exclusivamente para satisfacer los deseos de la carne, lo cual no trae ningún
beneficio. Recuerde que Dios quiere escuchar su voz.
“(Stg 4:2-3 [RV60])
Pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís. Pedís, y
no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites.”
ORAR es acudir a Dios con FE e INSISTENCIA. Es lo más
importante sin duda alguna. La fe es poderosa y solo un poco de ella puede
mover montañas. Por lo tanto no puede faltar. Si no tienes fe, mejor no ores. E
insiste, no desmayes en pedir todos los días al Señor. La respuesta puede
tardar años, pero la oración tiene que ser constante. Recuerde la historia de
la viuda y el juez injusto que relata el evangelio de Lucas capítulo 18 de los
versos del 1 al 8.
ORAR es también PEDIR CON PALABRAS Y SONIDOS QUE NOSOTROS
NO ENTENDEMOS. El hijo de Dios lleno del Espíritu Santo que vive diariamente la
experiencia de ser movido por El, tendrá también la necesidad de orar “en
lenguas”, las cuales ningún hombre puede entender, solo Dios.
Estas son lenguas angelicales, que según las Escrituras,
es el mismo Espíritu en nosotros orando al Padre en ocasiones en que no sabemos
cómo orar. Entonces no hay excusas, porque aun cuando no sabemos que pedirle al
Padre, el espíritu que está en nosotros si sabe que pedir y como pedirlo, aun
cuando no entendamos lo que estamos diciendo. Es para el cristiano lleno del
Espíritu Santo entonces una necesidad el orar en lenguas al Padre en todo
momento. El que habla en lenguas, habla con Dios, estos simplemente, orar.
“(Rm 8:26 [RV60])
Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra
debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el
Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.”
“(1Co 14:2 [RV60])
Porque el que habla en lenguas no habla a los hombres,
sino a Dios; pues nadie le entiende, aunque por el Espíritu habla misterios.”
Oremos siempre, como las Escrituras lo aconsejan.